La época en la que Groucho Marx encontraba la televisión muy instructiva (por que cada vez que la prendían se iba a leer un libro) se acabo. Esa época en la que los libros eran un escape a tanta basura embrutecedora; de pésima calidad y escasa creatividad en la radio, cine, televisión, periódicos y revistas, Internet, etc. Lista a la que ya agregaron los libros fue lo que pensé en esos momentos (bueno ni tan en esos momentos por que aun no cambio de opinión y por lo que veo no lo haré por ahora) cuando entre a una librería y lo primero que veo es esto:
Y aun así tienen descaro de quejarse de la "piratería" (entre comillas porque asaltar barcos no se parece en nada a realizar copias no autorizadas de algo)
Sentí que esos recintos que aun eran libres de toda esa porquería habían sido profanados, prostituidos y despojados de toda dignidad.
Una ruleta
Está sucediendo lo mismo que paso con la música, comprar libros se convirtió en una ruleta donde puedo ganar, pero es mucha más alta la probabilidad de botar el dinero. (Aunque ejemplos como el de la foto dan ganas de jugar a la ruleta pero la rusa)
Por lo pronto no volveré a gastar un mango en un libro "original", descargare textos de dominio público de Internet, leeré libros prestados de mis amigos (por que ya ni bibliotecas hay) y comprare libros que de los que haya escuchado cosas buenas en tiendas de segunda mano.